Romance vs. lógica: ¿Cuándo hay que escuchar a tu cerebro en lugar de a tu corazón?

¿Sientes que la razón está en lucha constante con tus emociones? Hay escenarios en los que tu cerebro puede ser tu mejor aliado, estos son algunos de ellos de acuerdo con AdoptaUnChico

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Así como no existe un botón de apagado para tu corazón, tampoco es fácil silenciar la voz de la razón. Este es el eterno conflicto entre nuestro lado sentimental y nuestro cerebro.


“Muchos expertos lo han investigado y asegurado: nuestras emociones impactan de manera poderosa en nuestra toma de decisiones”, comenta Rocío Cardosa, project manager de AdoptaUnChico. “Esto no es necesariamente malo, pues para lograr un balance y escoger el camino que nos haga felices tiene que existir una dosis de razón, pero también de sentimientos. Sin embargo, hay ocasiones en que no hay duda alguna de que tu propio cerebro sabe qué es mejor para ti y que los sentimientos están nublando tu juicio. Por eso siempre es mejor dejar que las cosas se enfríen antes de tomar una decisión”.

¿Cuáles son esos momentos exactamente? Aquí los detalles a los que más vale ponerles atención con la razón, pues tu cerebro será mejor aliado y necesitas escucharlo en lugar de a tu corazón.

Las alertas son claras

Quizá uno o un par de comentarios que te sacaron de onda puedan pasar desapercibidos si te sientes atraída fuertemente por él… Pero cuando de “pequeñas cosas” pasamos a masivas alertas rojas que reflejan que no solo no es un “buen partido”, sino que también puede existir una dinámica riesgosa o poco sana en el futuro cercano, no te lo pienses mucho: escucha a tu razón. Lo mismo sucede en relaciones que ya llevan tiempo: no apuestes a que “va a cambiar” o que “entrará en razón”. Tu cabeza sabe perfectamente qué es bueno o malo para ti.

Sus planes no cuadran

Cuando comienzas a salir con alguien, el futuro y sus planes, por muy diferentes que sean, no son un impedimento para la química. Pero conforme van avanzando en la relación, su importancia comienza a hacerse notar. No es una cosa menor que él quiera tener una familia grande, cuando tú no sientes ni tantita emoción por tener hijos. Tampoco es algo “sin importancia” el hecho de que él tenga un alma viajera y que, a la primera oportunidad, decida mudarse a otro país cuando tú prefieres seguir trabajando en tus propios planes donde estás.

Las emociones que “los unen” no son las correctas

El romance implica una serie de emociones fuertes… eso no quiere decir que sean todas buenas. Si lo que los mantiene unidos es el cariño y, a pesar de las dificultades, están dispuestos a crecer juntos, seguir unidos parece lógico. Pero, si por el contrario, lo que sientes está más cercano al miedo, la pena, vergüenza, desmotivación, la soledad o cualquier otra emoción negativa, naturalmente tu cerebro te pondrá a pensar que esta conexión está rompiéndose y que es evidente la necesidad de replantearse si deberían seguir en pareja.

Te estás haciendo daño

Bajo ningún concepto es aceptable que termines siendo una “mártir” de tu propia relación. En un esfuerzo por protegerte y casi por “instinto”, tu cerebro te insertará la idea de que debes buscar otro camino o que no puedes seguir poniendo tus emociones o las de otros por encima de lo que realmente es bueno para ti.

 

Recuerda que tu cabeza tiene una conexión directa con tus sentimientos. En otras palabras, cuando se rompe el balance entre lo que te hace feliz y lo que te resulta lógico, inmediatamente tu cerebro y tu corazón entran en conflicto. Por eso debes poner tu salud mental siempre en primer lugar.

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