¿Por qué nos enamoramos de una determinada persona y no de otra?

Dependiendo de la manera en que nos manejemos puedes tener una relación llena de oportunidades o generar una relación tóxica

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Nos enamoramos de personas con estructuras de crianza y relaciones familiares que nos llevan a conclusiones parecidas sobre el mundo, la vida, las relaciones.

Nuestro enamorado puede parecer muy distinto a nosotros pero para que el “flechazo” se dé, se tienen que parecer a nosotros en ciertas cosas —que no se encuentra en aspectos observables sino en la base de creencias y experiencias que dan significado al mundo— que permiten que nos vinculemos.

Esas creencias incluyen tanto triunfos y dicha, como conflictos y sufrimiento: todas las personas construimos, anudada en el pasado, una verdad que incluye deseos, intereses y valores. La persona de la que nos enamoramos —en tanto que comparte algo sustancial con nuestros padres o bien tiene algo que ellos no tenían— se engarza desde esa ver- dad en nuestra vida para dar continuidad a nuestra historia.

En general, la elección del amor adulto transita por alguno de los siguientes caminos, y dependiendo de la manera en que nos manejemos puede ser un área de oportunidad o generar una relación tóxica.

En todos los casos y siguiendo en la línea de la teoría psicoanalítica, la pareja pretende reproducir lo que generó bienestar y desarrollo y compensar algo que nos faltó para llenar algún vacío añejo, así como satisfacer necesidades y deseos de infancia. Cuando cualquiera de estos aspectos es aceptado por los miembros de una pareja ambos se asignan mutuamente y de manera inconsciente roles alternados y complementarios que recrean las pasadas historias.

Esta elección también incluye el descubrimiento en el “otro” de partes reprimidas o perdidas del self, de modo que para mantener la propia imagen se necesita que nuestro enamorado sea y se comporte como uno necesita.

Todo enamoramiento se sustenta en cierta proyección, cierta falta, cierta carencia. Transitar desde ahí a un buen amor no solo aporta madurez sino que permite reactuar nuestra biografía, superar fijaciones o resignificar la propia historia. Sin embargo, algunas relaciones, lejos de permitir nuestra actualización, construir la identidad y madurar, se atascan en círculos viciosos que nos llevan a un desgaste permanente sino es que a una franca destrucción.

Una serie de mecanismos de defensa se conjugan en el momento de la elección de pareja y dependiendo del tipo e intensidad de los mismos—y del trabajo realizado para concientizarlos y manejarlo condicionan la construcción de una pa- reja con mayor o menor grado de normalidad o psicopatología.

¿CÓMO ACOSTUMBRAS VINCULARTE CON TUS PAREJAS?
Sea por la razón que sea —necesidades insatisfechas, temores infantiles, construcción idealizada de tu self—detectar el patrón que despliegas en tus relaciones amorosas te dará una comprensión de los efectos que este genera en ti y te abrirá la posibilidad de romper círculos viciosos y construir círculos virtuosos, o bien, terminar una relación que más que construir destruye.

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Equipo moi.

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