La pareja que está acabando contigo

Hay relaciones que no te ayudan a ser mejor ni a alcanzar tus metas. Te vamos a enseñar a distinguir lo que realmente vale la pena y cómo soltar si tu pareja ya te está haciendo más mal que bien

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Para que se dé, una relación necesita del sentimiento de dos personas, pero para mantenerla viva, sana y funcional también se necesitan la voluntad y habilidad de ambos. A veces, aunque haya mucho amor, tienes que renunciar a una relación porque ya no te hace bien; y no nos referimos a renunciar a la primera falla, eh, sino a no mantener una relación que está del nabo y solo nos arrastra a un agujero de desamor y soledad. Es típico (y muy fácil) decir que “ya le hemos invertido mucho” y ya ni modo, pero hay que saber decir “hasta aquí llegué”, porque si sigues estirando la liga, te va a reventar en la cara.

Saber dejar ir es tan importante como reconocer cuándo hacerlo y aunque no hay fórmulas probadas, sí hay señales que puedes tomar en cuenta para por fiiiin soltar lo que te hace daño.

CUANDO UNO DE LOS DOS YA NO QUIERE ESTAR (AUNQUE AHÍ ESTÉ)

  • No importa lo que diga, sino lo que demuestra. A lo mejor le cuesta trabajo hablar con sinceridad o francamente se quiere evitar el pancho que cree que le vas a armar, pero si lo que recibes de tu pareja no es el amor como tú lo entiendes, es hora de hacer maletas.
  • Cada vez está más distante, frío y aprovecha cualquier oportunidad para estar “con todos menos contigo”.
  • Te dice que le das flojera o se lo ves en la cara cuando quieres hablar de algo importante.
  • Niega descaradamente los problemas, especialmente cuando su relación ya está con el agua hasta el cuello.
  • No quiere terapia ni libros para arreglar su relación.
  • Te da atole con el dedo diciendo que sí quiere seguir, pero al final no aplica soluciones reales.
  • Si te preguntas, ¿por qué si ya no me quiere no me deja?, mejor resuelve por qué si sabes que no te quiere, tú sigues ahí.

CUANDO TE JUGÓ CHUECO Y NI PERDÓN TE HA PEDIDO

  • Cada quien sabe hasta dónde aguanta y uno puede perdonar muchas cosas, pero es muy difícil seguir si tu pareja te pidió perdón nomás “por encimita” o, peor aún, ni siquiera reconoció lo que hizo.
  • A partir de que reconozca lo que hizo y hablen largo y tendido del asunto, falta ver si los dos quieren seguir con la relación o mejor ahí muere. Sé honesto.

CUANDO YA TE AGARRÓ DE SU PUERQUITO

Esta es prima de la anterior, pero está peor, porque como ya te hicieron una y ya te hicieron dos (y no hiciste nada al respecto), pues ahora ya te hicieron tres y tu tiempo se acabó… Tienes síndrome de la piñata. ¿Qué te hace pensar que quien no te ha respetado antes, de repente lo hará si le dices que ya te vas? Mejor ya vete y salva tu dignidad.

CUANDO YA TE CONFORMAS CON MIGAJAS

Es bien importante que no solo te quieran, sino que te sepan querer. Hay veces que toda la dotación de atenciones y cuidados de tu pareja son para su familia, sus amigos, su perro, sus compañeros del trabajo, su equipo de fut y ya lo que sobre, es lo que te toca a ti. Es hora de ir por tu propio pan en lugar de seguir comiendo lo que cae bajo la mesa.

CUANDO UNO DE LOS DOS YA SE VOLVIÓ MECHA CORTA

Cuando ya no se toleran, de todo hacen un pancho, se insultan, se gritan, se avientan cosas y por todo explotan, es momento de considerar seriamente terminar la relación. Bueno, eso y hacer cita con un terapeuta YA, especialmente si esto te pasa con todo mundo.

CUANDO LO QUE TE TIENE AHÍ ES EL MIEDO

  • Uno necesita la capacidad de imaginarse solo por el resto de la vida sin entrar en pánico. Si la idea de estar sin tu pareja hace que te dé taquicardia, probablemente estás en esa relación por las razones incorrectas. Es decir, es más necesidad que amor.
  • Otra forma de miedo es el que le tienes a su reacción o venganza; por ejemplo, que te quite a tus hijos o que te agreda física o verbalmente. Si es tu caso, apóyate en amigos o familia y sal de ahí antes de que sea muy tarde para todos. Si es necesario, busca apoyo de un buen terapeuta y hasta de un abogado.

CUANDO YA HAN INTENTADO TODO Y NADA FUNCIONA

Hablar, prometer, hacer como que no pasa nada, llorar, viajar, reír, enojarse, ir a terapia, leer un libro, gritarse, mil revistas, volver a llorar, escuchar podcasts, ir a cursos, confesarse, comulgar y encomendarse a un santo. Si nada de esto ha funcionado, ¿qué milagro están esperando que suceda? ¿Cuánto tiempo más le van a invertir a esta agonía?

 

Si te identificas con cualquiera de estas señales, ¡es hora de dejar ir!

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Tanatólogo y psicoterapeuta. Experto en pérdidas, autor de Los claroscuros del amor y el auténtico rockstar del amor.

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