Con todos menos contigo: ¿Por qué duelen tanto los casi algo?
Deja de arrastrar la cobija por el fulano, esta psicóloga te dice por qué duelen tanto los casi algo y qué hacer para superar esa relación de una vez por todas.
¿En qué punto se convierte una persona en un “casi”? Eso tiene que ver mucho con la manera en la que vemos a esa relación porque puede ser que la hayamos empezado a ver con ojos de posible pareja, que llegará a cubrir y sanar nuestros vacíos, pensamos que existe una probabilidad de que llene espacios de soledad aun cuando no hemos aprendido a disfrutar de nuestra propia compañía, o que se encargue de la dependencia emocional con la que vivimos. Pero, ¿por qué se siente el corazón se nos parte en dos? Bueno, te explico por qué duelen tanto los casi algo.
¿Qué es un casi algo?
Para empezar, un “casi algo” es una relación que llenamos con ideas de lo que quisiéramos que fuera o pasara en ella, y cuando tenemos expectativas, eso da lugar a muchas frustraciones y hace que nos duela cañón, incluso peor que tronar con una pareja con la que llevabas tiempo saliendo. Si necesitas más datos para identificar a un casi algo, checa la nota de la Jefa.
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Señales de que tienes un casi algo
- No hay un acuerdo claro
- No hay compromiso formal
- Son amigos que a veces tienen intimidad pero hasta ahí
- Tienen miedo al compromiso
- Salen con más personas a la vez
¿Por qué te gusta tener un casi algo?
Como te decía al principio, tener ese casi algo nos hace sentir seguros, o se nos viene a la mente ese amor romántico, el que nos hace sentir que estamos en un estado alterado de consciencia, que nada vemos con objetividad, donde nos contamos historias y nos llenamos de interpretaciones o sueños que solo viven en nuestra imaginación y que nos llevan a hacer e inventar locuras que jamás te hubieras imaginado experimentar.
¿Por qué duelen tanto los casi algo?
Por otro lado, puede pasar que no nos damos el tiempo de realmente conocer a la persona, nos vamos demasiado rápido a la cama y a las pláticas que llevas guardadas, que ni a tu mejor amigo le cuentas, y nos ponemos en una posición de gran vulnerabilidad.
Y no es que esté mal ser vulnerables, al contrario, el problema es que lo hacemos demasiado rápido y con la persona incorrecta, sin darnos el tiempo de disfrutar y ampliar el proceso de conocer al otro. Nuestro cuerpo e intuición siempre están en comunicación constante con nosotros, lo desafortunado es que muchas veces no les hacemos caso, porque siempre hay una vocecita diciendo: “Aquí no es…”, pero la ignoras.
¿Cómo superar a un casi algo?
¡Ahora ya sabes por qué duelen tanto los casi algo!, así que si de pura casualidad estás a punto de entrar en un estado alterado de consciencia que no te deje ver la realidad, solo da dos pasos hacia atrás y observa antes de que te ilusiones y esa persona se convierta en un casi. Mejor llévatela leve y disfrútala, sin acelerar los procesos, pues ésta podría llegar a pareja y no quedarse en el “casi algo”.
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ANA MARÍA ARIZTI es psicoterapeuta y da cursos como Parejas despiertas y ¡Qué bueno que lo supe antes de @#=&%! anaarizti.com
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