Adicción mata pasión

No solo hablamos de alcohol, drogas o apuestas, hay otras adicciones que ni sabes que sufres y van a destruir tu relación

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Bajar por una resbaladilla despacito es casi imposible, a veces con solo asomarte te vas de boca. El proceso de una adicción se parece mucho a eso. Uso, consumo y abuso en la fórmula: comienzo a tener una conducta o hábito, lo hago cada vez con mayor frecuencia, creo que yo puedo controlarlo y de pronto me doy cuenta de que mi vida gira en torno a eso.

Cosas malas que parecen buenas:

Celular: si tu pareja te ha reclamado más de dos veces que no la pelas por estar viendo la pantalla, lo que tienes es una relación en riesgo. Lleguen a acuerdos: si logran terminar la cena sin ver sus teléfonos, dale un premio en la cama; una vez a la semana dejen el teléfono en casa y hagan una actividad juntos.

Deporte: ¡Pero las adicciones son cosas que hacen daño! Imagínate el nivel de apego con el ejercicio que se tiene que alcanzar para llamarlo adicción. Si no permites que tu cuerpo sane por seguir entrenando, si solo te sientes bien los días que haces ejercicio, si tu vida deportiva está por arriba de tu vida de pareja, si todo está sujeto a la hora de los juegos o si de plano ya no hay sexo porque tienes que guardar tu energía para los partidos, contrólate.

Videojuegos: llegas a casa, prendes al tele y bye, te pierdes en el Xbox. No le das ni las buenas noches a tu pareja, te dan las 4 am y sigues conectado, te da ansiedad cuando no estás pegado al control, sueñas con los personajes o misiones que tienes pendientes, le mientes a tu familia para quedarte a jugar y te has ido sin bañar a la oficina porque te quedaste jugando… ponle pausa o te van a mandar al diablo.

Trabajo: se te van las horas en la oficina, no quieres irte de vacaciones para no perderte ni una junta, se te acaba la pila del celular y te da un ataque de ansiedad porque no puedes contestar mails. Marylin Monroe decía que es muy bonito tener una profesión y ser exitosa, lo malo es que no te puedes acurrucar con ella. Así que si lo tuyo es adicción al trabajo y nunca pasas tiempo de calidad con tu pareja, no te sorprendas si el “puesto” de tu compañero/a queda vacante. Todos necesitamos atención, cariño y cercanía.

Compras: gastar lo que no tienes, sobregirar tarjetas, dejar de comer por tener zapatos nuevos; 9 millones de mujeres en Estados Unidos sufren esta adicción. Si tu nivel de gastos se convierte en una pelea constante con tu pareja, si no tienes control de qué tanto debes o si la mitad de tu clóset está sin estrenar, para ya. Destruye tus tarjetas de crédito, no entres a tiendas solo y ve con un terapeuta, puede ser un síntoma de depresión.

Redes sociales: 49% de las mujeres prefiere dejar de tener relaciones sexuales que dejar de revisar sus redes. ¡Qué oso y qué ansia! Si te sabes de memoria cuántos likes tiene cada foto en Instagram, si te enojas con tu novio porque no respondió a tu tuit o entras a FB desde el baño, te aseguro que tienes problemas con tu pareja porque te importa más tu popularidad virtual que tu relación real.

¿Cómo escapar de las llamas?

Recuperarse de una adicción es posible pero no es fácil. La negación, que es la primera etapa en un proceso de duelo, se presenta con toda su fuerza; uno tarda mucho en darse cuenta de que se necesita ayuda. Es importante solicitar ayuda profesional, como la de un psiquiatra experto en adicciones y comportamiento compulsivo para que pueda tratar al adicto, y un grupo de codependencia en pareja para que ambos sanen y puedan estar juntos sin ser tóxicos el uno para el otro.

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