Salud
Por: Sofía Leviaguirre
Aquí te contamos qué hacer si tu familia ha tenido cáncer, y si puedes hacer algo para no tener cáncer tú también.
Si en tu familia el cáncer parece ser ese mal inevitable, seguro te has hecho esta pregunta: ¿me tocará a mí también? Aquí te contamos qué hacer si tu familia ha tenido cáncer, y si puedes hacer algo para no tener cáncer tú también.
La buena noticia es que heredar riesgo no es lo mismo que heredar destino. Aunque tener antecedentes familiares puede aumentar las probabilidades, los estudios más recientes indican que cerca del 40% de los casos están relacionados con hábitos que sí puedes cambiar. Así que respira, guarda a Dr. Google y empecemos por lo básico.
Hablar de cáncer en la sobremesa no suena muy divertido, pero es importante. Junta la información sobre tus padres, abuelos, tíos, hermanos e hijos. ¿Qué tipo de cáncer tuvieron? ¿A qué edad fueron diagnosticados? Si hubo varios casos de mama, ovario o colon, especialmente en personas menores de 50 años, puede que haya un componente genético. Detectar patrones familiares ayuda a los doctores a definir tu nivel de riesgo.
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Si tu doctor lo recomienda, puedes acudir con un asesor genético. No es tan aterrador como suena: se trata de un especialista que busca variaciones en tus genes que podrían aumentar el riesgo. Por ejemplo, las mutaciones BRCA1 y BRCA2 se relacionan con cáncer de mama y ovario, mientras que el síndrome de Lynch incrementa el riesgo de cáncer de colon.
¿Y si sí tienes una mutación? No es cosa segura que tendrás cáncer, pero sí te permitirá hacer chequeos más frecuentes o tratamientos preventivos. Y créenos, detectar algo a tiempo puede marcar toda la diferencia.
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Solo entre el 5 y 10% de los casos son puramente genéticos. El resto depende de factores ambientales y de hábitos cotidianos. Así que, aunque no puedas cambiar tus genes, sí puedes cambiar lo que haces con ellos.
Deja el cigarro. Fumar está relacionado con casi todos los tipos de cáncer. Nunca es tarde para dejarlo: tu cuerpo empieza a recuperarse desde los primeros días sin nicotina.
Cuida tu peso. El exceso de grasa corporal se asocia a por lo menos 13 tipos de cáncer. No se trata de contar calorías, sino de mantenerte activa y nutrida.
Come más plantas y menos ultraprocesados. Frutas, verduras, legumbres y granos integrales son tus mejores aliados. Y ojo: reducir carnes rojas y embutidos sí hace diferencia.
No puedes borrar tu árbol genealógico, peeero sí puedes reescribir tu historia de salud. Con chequeos regulares, hábitos conscientes y asesoría médica, el miedo a la enfermedad puede transformarse en el poder de prevención.
En realidad, no. Pero sí puedes prevenirlo con los cuidados en tu rutina diaria, estar on top of it con tus chequeos anuales (o cada seis meses si en tu familia hay cáncer), y llevar un estilo de vida que reduzca el riesgo. Al final, no hay garantías, pero sí medidas de seguridad.
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