¿Pooor?
Por: Mariel Arizmendi
¿Por qué Irán está en guerra con Israel? Conoce qué está pasando y la función del domo de hierro de Israel que ha detenido cientos de misiles en ataques aéreos
Lo has oído en las noticias, lo has visto en videos virales, pero… ¿realmente sabes cómo funciona el famoso Domo de Hierro de Israel? Este sistema de defensa antimisiles es una de las tecnologías militares más sofisticadas del mundo: detecta, calcula, intercepta y destruye misiles enemigos en cuestión de segundos. Aquí te contamos cómo funciona el Domo de Hierro de Israel.
El Domo de Hierro es un sistema de defensa diseñado para detectar, interceptar y destruir misiles en pleno vuelo. ¿Cómo funciona? Cuando se detecta un cohete, el sistema calcula su trayectoria en segundos y lanza un misil interceptor para neutralizarlo antes de que toque tierra. Cada vez que identifica una amenaza, se activa automáticamente, y en los últimos ataques masivos por parte de Irán, ha logrado salvar miles de vidas.
Eso sí: la Cúpula de Hierro no intercepta cualquier misil. Solo actúa si identifica que el proyectil va dirigido a zonas pobladas o estratégicas, si no representa un peligro real (por ejemplo, si caerá en un campo vacío), lo deja pasar. Su rango de acción abarca misiles que vuelan entre 4 y 70 kilómetros de distancia.
Este sistema fue desarrollado hace más de una década con el objetivo de proteger a la población, en un conflicto que viene arrastrándose desde los años 70 entre Irán e Israel. Hoy, Israel sigue siendo uno de los epicentros más delicados. Pero incluso la tecnología más avanzada tiene sus límites. Tras ocho oleadas de ataques iraníes, algunos misiles lograron evadir el sistema, impactando varias ciudades, con un saldo trágico de 24 muertos y más de 500 heridos.
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Irán e Israel son piezas clave en el complejo ajedrez geopolítico de Medio Oriente, y su historia los ha llevado a convertirse en dos de los actores más conflictivos de la región. Curiosamente, antes fueron aliados: Irán le vendía petróleo a Israel, y ambos compartían intereses económicos y energéticos. Pero todo dio un giro en 1979, con la revolución iraní. Los islamistas derrocaron al régimen en el poder y transformaron por completo el rumbo político del país.
A partir de ese momento, las diferencias ideológicas comenzaron a marcar distancia, especialmente en el ámbito religioso: mientras que Israel es visto como un “enemigo del islam” —la religión oficial de Irán—, la tensión fue escalando hasta convertirlos en enemigos declarados.
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Israel desató el conflicto más reciente al lanzar un ataque dirigido contra líderes militares, científicos y sitios nucleares en Irán, con el objetivo de eliminar la posibilidad de que el país pueda desarrollar una bomba nuclear (el uranio enriquecido es uno de los materiales clave para fabricar armas atómicas).
Desde la perspectiva israelí, el programa nuclear iraní representa una amenaza existencial directa. Aunque Irán no ha tenido la intención activa de construir un arma nuclear desde 2003, su capacidad tecnológica sigue siendo lo suficientemente avanzada como para hacerlo si así lo decidiera. El ataque israelí dejó más de 200 muertos, más de mil heridos y provocó daños significativos en la infraestructura militar iraní. Como respuesta, Irán se defendió lanzando 370 misiles contra territorio israelí.
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El Ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, dijo que pararían con los ataques si Israel hace lo mismo. Pero esto no causó ninguna diferencia porque Israel continuó con los misiles dirigidos a edificios del gobierno y refinerías de petróleo, además amenazó con hacer rondas de ataques aún más fuertes.
Hasta ahora no se ve una solución cercana a este conflicto, y la preocupación internacional sigue creciendo. Una guerra entre Irán e Israel podría arrastrar a otros países y tener consecuencias muy fuertes para todo el medio oriente.
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