Chamba
Por: Erick Pinedo
¿Quieres que por fin te vean en el trabajo? Aquí te decimos cómo hacerte notar en la oficina sin gritar ni rogar atención: con datos, estrategia y puro flow Moi
¿Cansado de ser el fantasma de la oficina, mientras otros reciben todos los reflectores? Aquí te traemos la guía que te va a trastornar de cómo hacerte notar en el trabajo (pérate: en el mejor plan) para que dejes de ser invisible y empieces a brillar sin vender humo.
Empieza a guardar todos los buenos elogios —capturas de pantalla, correos que digan “¡qué buena chamba!”, feedback recibido—. Tener un backup tangible responsabiliza tu impacto. Harvard Business Review dice que, cuando te aplauden lo que haces, te dan más ganas de seguir rifándote… y menos ganas de mandar tu CV a otro lado.
Convierte tus logros en cifras claras: “esto redujo tiempos un 30%”, “aumentó la eficiencia un 20%”. Documentar antes y después, rastrear mejoras y tener gráficas mensuales te da una visibilidad profesional indiscutible. Las investigaciones de Harvard publicadas en Octanner dicen que lo que se mide, mejora… y compromete. Si hay metas claras, hay más chance de que te pongas las pilas y rindas al cien.
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Cada semana, envía por correo un resumen breve con tus avances, desafíos solucionados y resultados del team donde brillaste. Con datos medibles, conviertes tu trabajo en una narrativa potente.
Registra todo: acuerdos, decisiones, mejoras sugeridas. Envía correos confirmando lo hablado y guarda notas sobre tus aportes. Esto genera un rastro claro que respalde tu trabajo frente a quien toma decisiones.
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Cuando llegue tu evaluación, tú ya tienes que estar un paso adelante con tu archivo completo: logros, soluciones, evidencia de tu impacto y comentarios de otros. Así entras con fuerza, autoridad y credibilidad.
Hay días que parece que tu esfuerzo se diluye por el caos, pero si tú sigues entregando con orden y respeto, los ojos clave lo van a notar. Mantener el enfoque y orden es la mejor inversión que puedes hacer para obtener:
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Para destacar en la oficina llega al trabajo sin dramas, con toda la actitud y mantén el profesionalismo en todo momento (aunque los demás no lo hagan): no te quedes nomás viendo pasar los ascensos. Aprende a hablar de tus logros sin sonar a “yo, yo, yo”, respalda con datos y no olvides echarle porras al team. Porque el brillo que se comparte, se multiplica.
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Por: Erick Pinedo
