pizarron en blanco, pizarron sin nada,

¿Por qué quieres a tus maestros?

El profe se ganó el respeto y cariño de sus alumnos por estas razones

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Con cuánto aprecio, con cuánto cariño, con cuánto respeto recuerdas a tus mises, a tus maestras, a tus profesores que te trataron bien, que no fueron indiferentes contigo, que tal vez te defendieron y tal vez te dijeron algo que tocó tu corazón, que encendió tu mente, que te provocó ser parte de lo que eres.

¿Cómo eran, qué hacían, qué hicieron para convertirse en tus ídolos?, ¿cuáles son aquellas cualidades que debe cultivar una persona para que al paso del tiempo sus alumnas y sus alumnos tengan un buen recuerdo, sientan gratitud, respeto y hasta cariño?

Por estas razonas amas a esos maestros

Una personalidad bien definida.
Parecen lo que son. Barcos o exigentes, alegres o taciturnos, son personas sinceras que han desarrollado una forma de ser muy definida. Algunos se ganan a pulso sus apodos como el Hermano Lelo o la huesos, el tiburón, el ñoño o la tortuga.

Una filosofía de vida.
Hay un por qué, hay un para qué en lo que piden, en lo que hacen. Si te reportan, si te mandan a la dirección no solo es porque haces bolitas de plastilina o le jalas las trenzas a Amy, sus razones y sus motivos van más allá.

Un trato respetuoso, igualitario y amable.
Incapaces de ofender, no se pasan. No te provocan para que falles y si fallas no se burlan ni te dicen a ver tú panzoncito ni les dicen a los demás a ver con qué jalada me sale este ahora. Sin pestañear ni para bien ni para mal, te ponen un 2 o un 9. Te tratan igual si eres pobre o rico, fea o bonita.

Sensibilidad y Motivación para el servicio.
Hay vocación, están al pendiente. Te prestan su pluma, te avisan que traes roto el pantalón, revisan las tareas, te llaman aparte para aconsejarte, se preocupan por la abuelita de Jime. Sabes que si pueden te darán otra oportunidad o si te sientes mal te mandarán a la enfermería o te consolarán.

Aprecian por el trabajo.
Trabajan contigo. No andan diciendo ya acabamos, ya nos vamos ni gracias a dios que es viernes ni es san lunes así que investiguen por su cuenta ni arman todo un calendario para que los alumnos expongan la clase. Desquitan el sueldo.

Limpieza y arreglo personal.
Huelen bien y cuidan su presentación. No tienen por qué vestirse fashion ni muy cool ni oler a páchuli o a siete machos ni colgarse hasta la piedra del metate, se bañan, se peinan, se arreglan con discreción. No tienes horror a que se acerquen, siempre causan buena impresión.

Principio de puntualidad y orden.
No pierden el tiempo y se organizan bien. No piden lo que ya no se necesita: A ver, vamos a pasar lista; a ver, copien del pizarrón; me tardé porque estuve en la dirección; no vine el mes pasado porque me enfermé, híjoles no sé dónde dejé tu cuaderno. No faltan, no llegan tarde, no salen temprano, no pierden las cosas.

Aprecio por el conocimiento y el saber vigentes.
Conocen su materia y las últimas aplicaciones. Han estudiado, se han preparado, se actualizan. Manejan Internet, las redes sociales, saben dónde encontrar respuestas, no los sorprendes con prof aquí dice otra cosa; con no, no es ahí, se equivocó maestra. Se actualizan.

Capacidad significativa.
Aplicar es más importante que explicar. Hay quienes te cuentan historias y cuentos para interesarte; quienes tienen trucos y fórmulas ocurrentes para resolver desde sumas hasta ecuaciones. Sus clases se gozan porque significan algo para cada uno.

Aprendemos porque hay estímulos que despiertan nuestro interés, nuestra sensibilidad, los esfuerzos de los que cada uno de nosotros somos capaces. Las buenas mises, profes, teachers, maestros inolvidables son esas personas capaces de encender y avivar la llama del motivo.

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