Lo estúpidamente interesante de los abrazos

A los humanos nos encantan los abrazos, pero hay unos que ni les puedes poner una mano encima... como a los perros.

Hay días en los que lo único que necesitamos es que alguien nos abrace y nos diga: “No te preocupes, todo va a estar bien. Toma estos ocho millones de dólares” ¿A poco no estaría increíble? Aunque la triste realidad es que la gran mayoría de las veces, los abrazos no van acompañados ni de 80 pesos ¡caray!

Pero, a ver. A ustedes que desde lejos se les nota que son seres desapegados, convencidos de que se merecen las mejores cosas de la vida y que se la pasan namasteando todo el tiempo ¿Qué les daría más tranquilidad en estos momentos, el cochino dinero o un cálido abrazo? ¡Sean serios!

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Pues los científicos de la Universidad de Carnegie Mellon, en Pittsburgh, Estados Unidos, están convencidos de que los abrazos valen MIL, ya que son capaces de influir en la producción hormonal de nuestro cuerpo, estimulando que generemos serotonina y dopamina, las encargadas de hacer que nos sintamos bien y tranquilos, además de ayudarnos a desarrollar vínculos emocionales con nuestros semejantes. Digamos que estas hormonas son las archienemigas del canijo cortisol, ese que nada más anda provocando estrés y malestar.

Como les decía, los científicos expusieron a 400 voluntarios al virus del resfriado común y luego monitorearon sus reacciones mientras contabilizaban meticulosamente la cantidad de abrazos que recibían al día. Los resultados fueron contundentes, las personas que recibían más cariño físico desarrollaron menos síntomas del virus, además de ser más resistentes a la depresión y la ansiedad.

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Este estudio coincide con las historias reales del libro “Tócame sin guantes”, de Minerva Aponte-Jolly, neta se los recomiendo mucho, es una serie de conmovedores relatos de los familiares de algunos enfermos con padecimientos incurables y los últimos días que pasaron juntos. Pero les advierto que van a llorar como Magdalenas. De mí se acuerdan.

¿Qué cuántos abrazos se necesitan al día para mantenernos sanotes y contentotes? Cuatro para llevarla bien, ocho como mantenimiento y doce para el crecimiento emocional. Súper fácil ¿A poco no está genial? Ahora imagínense si incluyeran los ocho millones de dólares ¡No Buenooo!

Eso sí, los que de plano ODIAN los abrazos, son los perros. O al menos esa es la conclusión a la que llegaron los expertos en psicología animal de la Universidad de Columbia Británica, Canadá, quienes luego de analizar 250 fotografías de perros mientras eran abrazados por sus amos, determinaron que ocho de cada diez caninos se sentían incómodos con esta forma de afecto HUMANA y mostraron varios signos de estrés. Ya que al sentirse inmovilizados se ponen nerviosos y hacen lo posible por escapar lo antes posible de estímulo.

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Yo conozco a varias personas que reaccionan igualito que los perritos, de esas que se quedan todas rígidas cuando alguien las abraza y no tienen ni idea de qué hacer mientras dura el abrazo. Los especialistas argumentan que por lo general, este tipo de personas se desarrollan en ambientes emocionalmente fríos, y los abrazos les pueden resultar amenazantes e invasivos. Aunque estoy seguro que no reaccionarían así con los ocho millones de dólares.

No se crean, en el fondo a mí me gustan los abrazos porque a pesar de no tener ningún valor económico, son una forma de decirle a la adversidad que no va a poder con nosotros porque estamos JUNTOS y apoyándonos, y esa tranquilidad no te la da ni una MasterCard (o tarjeta de debito, según sea el caso).

¡Eso sí! Ahí les encargo es que distingan muy bien las secretas intenciones de un abrazo, porque no es lo mismo un abrazo fraternal, que uno de tamal. Piénsenlo.

Termina su columna y no se cierra a la posibilidad de los 8 millones de dólares o por lo menos de pesos. No se pone exquisito.

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