La ilusión de la ropa blanca

Crees que los detergentes dejan tu ropa más blanca, pero la verdad es que sigue percudida y todo es una ilusión óptica.

Muchos detergentes prometen hacer la ropa más blanca o los colores más brillantes. Efectivamente, no están mintiendo, pero en realidad no lo logran por la limpieza, sino por la fosforescencia.

Lo blanco y los colores son un fenómeno óptico, tienen que ver con la luz que emiten los materiales. Lo que nuestros ojos captan es la luz visible, pero en el espectro luminoso hay colores que nuestros ojos no pueden ver, como el ultravioleta.

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Hay elementos, como el fósforo, que tienen la capacidad de reflejar la luz ultravioleta en forma de luz visible. En los años 90s esta capacidad fue muy explotada en un sinfín de objetos fosforescentes, que lo que hacen es absorber la luz ultravioleta y emitirla después en colores que podemos ver; es por eso que a estos objetos los teníamos que dejar “cargar” con luz un rato antes de apagar los focos y ver cómo brillaban.

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Los detergentes que prometen blancos más blancos contienen fósforo, de manera que la ropa se impregna con éste. Cuando salimos a la luz del día, el fósforo hace lo suyo y absorbe la luz UV del sol, emitiéndola de un color ligeramente azul, que cancela lo amarillento de la ropa percudida y también da una apariencia de más brillo, lo cual interpretamos como blanco. Sin embargo, la ropa sigue percudida, sólo que tiene una capa de fosforescencia que da la impresión de blancura.

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Es también ésta la razón de que algunas prendas brillen en la luz negra. Este tipo de focos emiten luz UV, por lo que aquello que contenga fósforo va a brillar de manera especial.

A algo que también se le adiciona fósforo para que parezca más brillante es al papel. Los billetes falsos, impresos en este tipo de papel, brillarán con luz negra, y es por eso que las maquinitas que se usan para comprobar si un billete es falso o no utilizan este tipo de luz.

Pero como con todo espejito brilloso, lo que a nuestros ojos le parece más vistoso no siempre es lo mejor a largo plazo. El uso de químicos con fósforo en los detergentes, que a veces llegan a ser hasta el 50% de estos productos, ha traído problemas en ecosistemas acuáticos, donde se acumulan estos químicos. Un ejemplo son los fosfatos, que alimentan a ciertas algas provocando un crecimiento desmedido de éstas y desencadenando una reacción en la que hay un exceso de toxinas en los cuerpos de agua.

Mueren peces, mamíferos, plantas y comienza un desastre, todo por una ilusión de nuestra ropa blanca.

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