Etapas de las relaciones de pareja

Estas son las etapas que debe pasar una relación, para de verdad, haber vivido de tooodo.

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Dentro de las relaciones de pareja y específicamente en el noviazgo, hay seis etapas por las que debemos pasar para poder conocer mejor a la persona que nos acompañará en el viaje.

No olvidemos que toda relación de noviazgo tendrá problemas, y es la pareja que mejor dé soluciones a dichos problemas, la que es perfecta para nosotros y para nuestros planes a futuro.

  1. El enamoramiento

Al ver a la persona por primera vez y no conocer su historia de vida, le atribuimos rasgos y características que no tiene pero que nuestra necesidad de afecto nos lleva a inventarle para seguir enamorados.

El enamoramiento es una etapa de emociones intensas, “mariposas en el estómago” y fuertes deseos de permanecer junto a esa persona.

En el cerebro se está llenando de un cóctel de sustancias químicas como la feniletilamina o FEA, sustancia similar a la anfetamina que estimula al cerebro y genera más actividad física y emocional. También se está la dopamina, que hace que sintamos ganas de estar más cerca de esa persona y conectados íntimamente.

Debido a la magia del momento, y si los dos están enamorados (siempre uno se enamora más que el otro) se tiende a evitar discusiones y conflictos. Por lo tanto, accederemos a las peticiones y caprichos de nuestro ser amado, siendo abiertos y comprensivos; es como una madurez de mentiritas.

  1. El conocimiento

En esta etapa, el enamoramiento da paso al conocimiento más profundo e íntimo de la otra persona. Y necesariamente, al descubrimiento de las diferencias y peculiaridades de ambos…

Cada persona, única y singular, empieza a mostrarse como es realmente, en su totalidad y autonomía. Cada persona empieza a compartir sus experiencias y vivencias personales. Ya no hay tanta idealización, sino que el encuentro comienza a ser más real.

Aunque comenzamos ya con algunas diferencias todavía el cóctel cerebral está activo, por lo que no llegamos más que a pequeñas molestias que con besos y caricias se olvidan.

  1. La convivencia

Aquí es donde hacen su aparición los monstruos llamados: costumbre, rutina y aburrimiento. En donde formamos hábitos y costumbres tanto para la convivencia como para las diferencias, y el núcleo social comienza también a hacer estragos en la relación, interviniendo en las decisiones de la pareja.

La actividad sexual desciende, debido a la rutina, las responsabilidades y las cargas. El amor de la pareja se expresa de forma más afectiva, respetuosa ya sin tanta pasión y deseo. Pueden surgir diferencias en la forma de ver el mundo y en sus creencias. Será necesario la búsqueda de acuerdos y negociaciones.

Aquí también aparecen los celos.

  1. La autoafirmación

Y llegó el momento crítico: después de un tiempo de convivencia, de desear compartir todo con la otra persona, surgen las necesidades individuales, y la defensa de las mismas. Por lo que ahora si voy a defender a capa y espada mis opiniones y mis decisiones. El cóctel cerebral ya se acabó y es aquí en donde se requiere de toda la madurez posible para resolver los problemas.

En esta etapa pueden surgir problemas del pasado no resueltos y resentimientos no superados de los que nunca se hablaron. Es el momento de plantearse hacer actividades por separado, respetando el vínculo y compromiso establecido en la pareja. Es aquí en donde realmente podemos ver de qué está hecha nuestra pareja y si realmente es la persona que necesitamos para nosotros. Si no, es momento de tomar una decisión por muy dolorosa que esta sea, de lo contrario el pasar al siguiente nivel así, solo traerá mucho dolor y arrepentimiento. Ya que aquí estaremos atorados por muchos años…

  1. El crecimiento

El llegar aquí es porque ya superamos las anteriores etapas, y por lo tanto la pareja puede decidir profundizar en su relación, que se torna más madura y estable. Es el momento de tomar decisiones como la de llevar a cabo proyectos en común como casarse o tener familia.

Es una etapa donde aparece de nuevo la ilusión, la emoción y el entusiasmo por compartir lo que ambos han decidido crear.

Ojo: Si no se ha superado la etapa cuatro, esta se seguirá empalmando con las siguientes provocando problemas de por vida en la relación.

  1. La Adaptación

La vida sigue, y se dan los cambios, si la pareja se adapta a éstos, se consolida y madura. Es un momento para la pareja de consolidación o ruptura, ya que se cuestionan la escala de valores personales y la compartida. Surgen nuevos intereses debido a los cambios, como la independencia de los hijos, la jubilación, enfermedades, etc…

Puede ser una etapa de re-encuentro, ya que las exigencias, responsabilidades y cargas de la vida son menores, y podemos volver a centrarnos en la pareja, para compartir nuevos proyectos, como fue en el principio de la relación.

“Nos unimos por el amor que sentíamos… Pero al final nos separamos por los pensamientos y creencias que teníamos”…

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