Inteligencia emocional en el ámbito laboral

Cinco componentes de la Inteligencia Emocional que debes tener en tu trabajo, te decimos cómo desarrollarlos.

Las personas somos seres de emociones, son innatas y no podemos despegarnos de ellas. Es normal sentir tristeza, enojo, alegría, ira… la clave es aprender a manejarlas, y proyectarlas ante los demás de una forma inteligente.

Daniel Goleman, la define como un conjunto de habilidades psicológicas que nos permiten, de un modo equilibrado, expresar nuestras emociones y entender las de los demás. Es decir, una guía de nuestro comportamiento.

Goleman divide los componentes de la IE en:

¡La IE es vital en el ambiente laboral! Es difícil mantenerse con el mejor entusiasmo, pues frecuentemente estamos expuestos al estrés. Desde llegar de malas por el tráfico, por no desayunar o simplemente porque no amanecimos con los mejores ánimos. Sin embargo la inteligencia emocional es primordial, ya que se calcula que el 65% del éxito laboral se debe a ser competente emocionalmente. No solo es cuestión de controlar las emociones de uno mismo (autoregularse, automotivarse, autocontrol…) también entender a los demás, “ponerse en sus zapatos” (ser empáticos, motivar, persuadir, influir…)

También es fundamental para mejorar nuestras relaciones laborales, con nuestros compañeros, superiores y clientes. Es la base de una buena comunicación, un desarrollo profesional y personal.

Una persona con inteligencia emocional, sabe cómo comportarse, es capaz de resolver conflictos, inspira y motiva a los otros, es abierto con otros puntos de vista y a las nuevas ideas, acepta sus errores, trabaja en equipo, reconoce el éxito de sus colaboradores y/o compañeros, sabe expresarse correctamente y sobre todo es sumamente empático.

Consejos para desarrollar tu inteligencia emocional
  1. Conciencia emocional: Realiza un análisis a profundidad de tus fortalezas y debilidades, reconoce tus emociones.
  2. Autocontrol: No te dejes guiar por tus impulsos, piensa dos veces antes de actuar, examina la situación y encamina tus emociones adecuadamente.
  3. Acepta críticas y puntos de vista: No te pongas a la defensiva ni tomes personales las críticas. Es vital aceptar puntos de vista de los otros para el enriquecimiento personal, piensa en cómo puedes mejorar.
  4. Empatía: “Ponte en los zapatos” del otro, respeta los sentimientos y los puntos de vista de los demás. Escucha, comprende y muestra interés.
  5. Cuida tu ego: Recuerda que no eres el centro de atención, no caigas en la arrogancia ni menosprecies los logros de los demás. Jamás tomes créditos por el trabajo de otro.
  6. Comunicación: Mantente en contacto con los otros, una comunicación cercana y fluida es esencial para las personas inteligentes emocionales. No des cabida a malos entendidos.
  7. Establece vínculos: Involúcrate con tus compañeros y superiores, alimenta una sana convivencia.
  8. Confianza: Ten confianza en ti mismo y genera confianza con los demás.
  9. Inspira, motiva y ayuda: Motiva a los demás, optimista, inspirador y coadyuva al desarrollo de tu equipo.
  10. Observa: Sé cauteloso en tu entorno, sé observador, aprende a leer el lenguaje corporal.

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