¿Hambre o vicio?

Una cosa es quererte dar un levantón un día que andas apachurrado y otra muy diferente que la comida sea tu fórmula para tapar huecos emocionales

Si contestas que sí a la mayoría de las preguntas, eres un comedor emocional y para romper el hábito necesitas ayuda profesional.

  1. ¿Siempre que comes dejas el plato vacío?, ¿Y hasta le pasas la tortilla y el pan para dejarlo súper limpio?
  2. ¿Comes sin tener hambre?
  3. ¿Te dan ganas de comer cuando ves la tele?
  4. Cuando hay algo que te gusta (pizza, helado, alitas), ¿comes sin control?
  5. Si estás enojado, triste, solo o aburrido, ¿lo que se te ocurre hacer es comer?
  6. ¿No sabes distinguir si es hambre o solo antojo?
  7. Después de comer mucho, ¿te sientes arrepentido y con culpa?
  8. No tiene caso que te pongas metas porque de todos modos no las cumples
  9. ¿Cuando te enojas pasas horas dándole vueltas a la discusión?
  10. ¿Te sientes triste muy seguido?

FRENA EL IMPULSO

Recuerda que si no puedes solo, debes buscar apoyo de un especialista, ya sea nutriólogo y hasta un buen terapeuta.

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