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Lo estúpidamente interesante de las tandas

Te cuento hasta lo que no querías saber de las tandas, ¿quién gana y quién pierde?

En la zona del Caribe son “cundinas”, “susus” en África Occidental y en China se les conoce como “hui”, aunque financieramente hablando se les denomina “asociaciones de crédito rotativo”. O sea, las canijas tandas.

El origen de las tandas sí se los voy a quedar a deber, porque resulta que es todo un misterio, no se tiene la certeza de dónde o cuándo se originaron. Lo que es un hecho, es que esta estrategia del quesque ahorro y crédito informal, ha operado en América Latina durante varias generaciones; y miren que se los dice alguien a quien de escuincle su mamá lo mandaba cada semana con las vecinas para soltarles letanía de: “buenas tardes señora fulana, que dice mi mamá que si no le manda lo de la tanda por favor”.

Según los especialistas, existe una estrecha relación entre las crisis económicas y el auge de las tandas, lo cual nos explica por qué en México SIEMPRE, neta SIEMPRE, existe una señora que anda de cobrona con lo de la tanda en todas las oficinas, edificios, colonias y familias del país. Porque eso sí, según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2015, las tandas casi siempre son lideradas por mujeres.

Dicha encuesta también destaca que es la clase media la que más recurre a las tandas y que el 32.4% de las personas que recurren a ellas lo hacen para “ahorrar”, por lo que destinan entre 500 y 1,000 pesos quincenales durante un periodo de seis meses o un año, que es lapso de tiempo promedio de una tanda de oficina.

Pero como hay personas a las que el dinero les hace cosquillitas en las manos, pues mal que bien le entran a las tandas como una manera de obligarse a ahorrar, lo cual está padre si su concepto de ahorrar es simplemente no gastar. Pero con eso de que el dólar sube a cada ratito frente al peso por aquello de la crisis y la inflación que le llaman, pues al final de la tanda podrán recibir la cantidad acordada, pero su valor frente al dólar va a ser menor que cuando inició, por lo cual, les va a alcanzar para menos. Y así ¿qué chiste?

Sin embargo, las ganonas de las tandas son las personas que se quedan con los tres primeros números ya que ellas no están “ahorrando”, están recibiendo un crédito con cero por ciento de intereses. Y obvioooo, el primer número es para la organizadora, a la cual siempre te referirás en diminutivo, onda: Bertita, Luisita o Conchita ¿Quedó claro?

También hay que tomar en cuenta que en una tanda nunca falta una Doña Calamidades, que de repente deja de pagar porque siempre le pasa todo tipo de tragedias, o un Don Gandalla, que en cuanto recibe su tanda se da a la fuga al más puritito estilo del Chapo Guzmán, poniendo en riesgo el “ahorro” de los demás. Aunque hay que reconocer que son muy pocos los que pueden decir con la mirada fija y sin que me tiemble la voz, que nunca han quedado mal con la tanda.

Los especialistas recomiendan invertir nuestros ahorritos en instituciones bancarias o financieras formales y reguladas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, para no arriesgarnos a perder nuestro dinero. Sí, ya sé que me van a decir que los intereses son muy bajos y las comisiones muy altas, pero si en lugar de andar perdiendo el tiempo viendo videos de gatitos y perritos en YouTube, se pusieran a buscar cuáles son las opciones financieras más adecuadas a sus objetivos y posibilidades, no tendrían que chutarse cada quincena a la cobrona de sistemas pidiéndoles lo de la tanda.

¡Ah! y la próxima vez que los inviten a entrarle a una tanda digan que sí, siempre y cuando les dejen uno de los tres primeros números. Van a ver como no les vuelven a dar lata.

Termina su columna y se promete a él mismo jamás a ir a cobrar la tanda de su mamá otra vez.

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