El miedo de tus padres te persigue

Si ves algo que te da miedo, se prenden los genes necesarios para que salgas huyendo.

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Hasta hace poco se consideraba que la herencia de rasgos biológicos solo podía transmitirse a través de los genes. Recientemente se ha visto que existen otras formas, lo cual sugiere que lo que hayan hecho durante sus vidas tus papás, abuelos e incluso ancestros más lejanos, puede intervenir en cómo eres.

Todas las células de tu cuerpo tienen los mismos genes, pero es evidente que no todas hacen lo mismo ni se ven igual. Es más, no todas todo el tiempo están haciendo lo mismo; por ejemplo durante la digestión, se prenden unos procesos para metabolizar que no están activos en otros momentos. El prendido y apagado de genes permite esto, que las células se especialicen en ciertas cosas y que no hagan estas cosas todo el tiempo. Este prendido y apagado muchas veces está influenciado por factores ambientales. Si ves algo que te da miedo, se prenden los genes necesarios para que salgas huyendo.

Parece ser que este patrón de actividad genética podría heredarse a través de las generaciones. O sea, que si los padres hicieron algo en sus vidas, podrían estarle heredando la reacción a sus hijos. Varias observaciones en seres humanos y algunos experimentos en ratas sugieren esto.

En uno de estos experimentos, condicionaron a ratas para sentir miedo al oler un químico con aroma similar al de las almendras. Para esto, como se hace con muchos experimentos con ratas, torturaron un poco a los animales: las pusieron en una cámara con el olor y les dieron shocks eléctricos, de forma que después, cuando las ratas olían este aroma, sentían miedo a pesar de ya no tener el shock.

Después esas ratas tuvieron hijos, y los hijos, al ser expuestos al mismo olor, mostraban el mismo comportamiento de miedo que sus padres. Los hijos de estas ratas, es decir los nietos de las ratas que fueron condicionadas, también mostraron sensibilidad al olor.

Al examinar los cerebros de las ratas vieron que las estructuras que procesan los olores y que asocian éstos con el miedo eran más grandes en las ratas descendientes de las que fueron torturadas.

Como este estudio existen otros sobre lo que podríamos llamar “herencia de caracteres adquiridos”. Cada vez se acumula más información sobre este otro tipo de herencia que seguramente interviene en la evolución y en las explicaciones sobre cómo somos. Sin embargo, algo que todavía no sabemos, y uno de los principales motivos de escepticismo a esta idea, es el mecanismo molecular por el cual sucede. Es decir, no sabemos exactamente cómo se están heredando estos rasgos.

Mientras se descubre el cómo, la búsqueda continúa sobre qué cosas se pueden heredar así. Muchísimas de nuestras actividades intervienen en la expresión de los genes, ¿cuáles de éstas pasaremos a las siguientes generaciones? Es una pregunta que puede dar un poco de miedo.

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