Lo estúpidamente interesante de la condición física

Tenemos que mantenernos en forma por si algún día nuestra libertad depende de que tan rápido podemos bajar, desplazarnos pecho tierra, correr y trepar. O por lo menos hacer la finta.

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La condición física es la que determina que tan bien o mal anda el funcionamiento de nuestro cuerpo. Y no señores. No se trata de un asunto de superflua vanidad. Tenemos que mantenernos en forma por si algún día nuestra libertad depende de que tan rápido podemos bajar, desplazarnos pecho tierra, correr y trepar. O por lo menos hacer la finta.

Uno de mis programas de televisión favoritos por entretenidos y hasta inspiradores era el de “Gladiadores Americanos”. Ese en el que un grupo de hombres grandotes y tronadotes hacían equipo con unas damitas igual de grandotas y tronadotas para despacharse a los atletas que osaban desafiarlos. Todo el tiempo se la pasaban de arriba para abajo sobre unos intrincados escenarios que parecían enormes brincolines de fiesta infantil. Y de repente ¡ZAZCUALAZ!, armados con cotonetes gigantes comenzaban los catorrazos entre gladiadores y atletas. Era divertidísimo ver como azotaban de un lado para el otro mientras corrían intentando escapar.

Pero desafortunadamente “uno llega a cierta edad” en la que ya son más los achaques que las ganas de andarse trepando como Gladiador Americano. Y aunque la adultez temprana (de los 20 a los 40 años), es considerada como la etapa en la que nuestras funciones corporales están en su máximo nivel, pues por ahí delos 30 años ya nos tenemos que andar cuidando de que si la articulación, que si el estómago, que si la espalda y un montón de etcéteras más.

Y si ustedes son de los que suben escaleras y sienten que el corazón se les sale del pecho o de los que siempre traen tanta flojera que de plano evitan las escaleras, lamento decirles que su condición física es más mala que una película de los hermanos Almada. Deberían de aprender a don “Chapo Guzmán”, que a sus 60 años hizo gala de una condición física envidiable escapándose de un penal de máxima seguridad que cumple con todos los estándares internacionales de vigilancia.

El Chapo necesitó prepararse muy bien física y mentalmente para su célebre huida. De entrada, tuvo que bajar de peso para que las lonjitas no estorbaran a la hora de desplazarse por espacios reducidos ¿O a poco pensaron que su huelga de hambre de hace un año en verdad fue porque no lo trataban bien?

Un factor que definitivamente jugó a su favor fue la adrenalina que produjo su organismo ante la idea de que lo cacharan, ya que ante situaciones extremas o de peligro, ésta nos proporciona el ponch necesario para conseguir grandes objetivos.

Como seguramente en el túnel había más de una persona echándole la mano, el hecho de bajar y subir escaleras en tramos de hasta 10 metros no representaron ninguna bronca.

Lo que también le restó puntos fue usar una motocicleta para aventarse el tramo de kilómetro y medio entre el penal y la casa. Pero si tomamos en cuenta su edad y que a pesar de usar la moto tuvo que mantener un paso constante y acelerado, el cual lo obligó a mantener en acción el 70% de los músculos de su cuerpo, pues entonces recupera los puntos perdidos ¿Cómo no?

Hacer todo eso en menos de 5 minutos sí es un truco digno de Harry Houdini, a quien por cierto, también pudieron haber apodado “El Chapo”, ya que medía 1.68 mt, sólo 5 cm más que Joaquín Guzmán. Y Houdini también entrenaba disciplinadamente para realizar sus escapes. Salía a correr todos los días y hacía ejercicios para aguantar la respiración hasta por 3 minutos, cosa que sí le falló al Chapo, ya ven que necesitó de tanques de oxígeno en el túnel.

La neta ya no sé qué me entretiene más. Ver las repeticiones de “Gladiadores Americanos” o los videos de la fuga del Chapo.

Termina su columna y se avienta 60 min de cardio. Uno nunca sabe.

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