Tips para cuidarte de la luz ultravioleta

Estos son los cuidados que debes tener en tu piel y ojos para cuidarte de la Luz UV en estos tiempos de calor.

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Cuidados básicos de la piel

 

Lo que causa el bronceado es la luz ultravioleta o Luz UV. La LUV tipo A tiene una longitud de onda 320 a 400 nanómetros y la LUV tipo B una longitud de onda de 280 a 320 nanómetros, la tipo C se refleja por completo hacia el espacio. La LUV A y B pasan por la atmósfera y la luz tipo A penetra sin resistencia de la capa de ozono y la B se refleja parcialmente. Esta luz invisible afecta el DNA de las células y activa la melanina que es el pigmento que reside en las células de la piel y que da el color rojo “camarón” o café obscuro dependiendo del tiempo de exposición y del tipo de piel de la persona que esté expuesta a la luz.

De los años sesenta a los noventas, se vivió el “boom” del bronceado ya sea en la playa, con pantallas metálicas o con camas de bronceado, que se convirtieron en el factor de riesgo más importante para cáncer de piel, lo que fue ignorado mucho tiempo por el inmenso potencial negocio que representaba la “industria” del bronceado.

Al toparnos con la realidad que la luz UV ocasiona daños al DNA, envejecimiento temprano, arrugas, riesgo de melanoma y otros cánceres de piel, la burbuja se desinfló y dejo de ser “cool” estar bronceado. Muy similar a la industria del tabaco, en la que era bien visto y recomendable fumar porque te hacía parecer una persona inteligente y cosmopolita, tanto que 8 de cada 10 médicos recomendaban tal o cual marca de tabaco en anuncios en las revistas de moda.

Aunque la exposición a la luz solar es indispensable para la síntesis de vitamina D. La obtenemos en nuestro día a día en la vida cotidiana. En el siglo XXI la moda es la foto protección, por lo que es recomendable el uso de filtros o bloqueadores solares con factores de protección (SPF) de intensidades variables, que se usen de acuerdo a las actividades de cada persona.

La exposición a la luz UV es acumulativa en el transcurso de la vida y queda registrada en nuestras células, por lo que a mayor exposición mayor sensibilidad y riesgo de padecer las consecuencias de la exposición excesiva a esto rayos. Además de afectar la piel, la luz UV también afecta los ojos.

La luz UV ocasiona degeneración de las células de la conjuntiva y produce lo que se conoce comúnmente como “carnosidades” de las que hay dos tipos:

  • Pingüéculas que son un crecimiento amarillento de la conjuntiva en la zona de exposición del ojo al sol entre los párpados;
  • Pterigiones que son un crecimiento degenerativo de la conjuntiva que avanza en forma triangular sobre la córnea que llega a ser tan grande que, inclusive, tape la visión.

La luz UV también juega un papel fundamental en la formación de cataratas y degeneración de la mácula. Desafortunadamente no hay una cultura de protección. Acostúmbrate a usar lentes con protección UV-400 que adquieras en locales cerrados. Los lentes “patito” lo que hacen es dilatar tu pupila y permitir la entrada de lleno de la luz al ojo, ocasionando daños irreversibles.

Usando un filtro solar y lentes con protección UV de 400 nanómetros te protegerás de envejecer prematuramente, desarrollar cáncer de piel, carnosidades, cataratas y degeneración macular. Protégete.

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