Las arañas y fantasmas que ves ¡Son reales!

Si eso pasa acude de inmediato con un oftalmólogo que examine tu fondo de ojo.

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Todos los días llegan a mi consultorio pacientes con los siguientes casos misteriosos y atemorizantes, que los mantienen en una condición de psicosis y miedo constante a lo desconocido:

  • “Veo una arañita que se mueve en el aire, la quiero agarrar y se escapa”
  • “Veo telarañas cuando me levanto o con la claridad del día, ¿qué será?
  • “Veo como un velo o un fantasma que me estorbar para ver”

El temor e incertidumbre que producen, me parece un tema muy oportuno para Día de Muertos, contarles de una vez, por todas, del misterio de las arañas, los fantasmas y los velos que nos acechan, nos persiguen y nos intrigan como en las mejores novelas de Stephen King.

1. El misterioso vítreo
El interior del ojo, es un misterio para todos. Cuando era niño escuché que a un cantante se le desprendió la retina, no comprendí lo que era, ni por qué se desprendía. En la especialidad aprendí que el ojo es un órgano hueco que está relleno de un gel, llamado humor vítreo. ¿Se acuerdan cuando, para la kermesse de la escuela, se ponían a secar cascarones de huevo? Al estar secos se les desprendía una telita muy delgada como papel albanene, recuérdenlo porque es parte importante de éste misterio. En el ojo el gel está conformado por ácido hialurónico y fibras de colágena que tiene la consistencia de la gelatina. Pero, con los años se hace líquida y las fibras de colágena flotan libremente en el interior.

2. Las negras arañas
Las fibras de colágena que flotan en el interior del ojo, se interponen entre la luz que llega al ojo y la retina que la recibe y forma las imágenes invertidas que manda en milésimas de segundo al cerebro para que podamos ver. Es como una cometa flotando en el cielo que interfiere con la luminosidad del día y forma una sombra en el suelo. Por lo tanto, esas fibras de colágena forman una sombra en la retina, y esa sombra, pequeñísima, nos da la impresión de ser una araña, una mosca o algo flotando. Muchas personas creen que es algo en el ambiente, en el aire, en realidad, son parte del ojo, son internas.

3. El espantoso desprendimiento de vítreo
Después de los treinta y cinco años, el humor vítreo ya no es una firme gelatina, se ha transformado en un líquido lleno de grumos, envuelto en una bolsita como el papel albanene que les conté arriba. Esta bolsita está pegada en toda la superficie de la retina y se desprende. Eso nos sucede a todos, solo que a la mayoría nos pasa de noche. Sin embargo, a unos cuantos, en el momento de desprenderse, les puede ocasionar una hemorragia o hasta un desprendimiento de retina. Sigan leyendo…

4. Las angustiantes telarañas
Es así como de pronto, casi de la nada, aquella solitaria arañita, que veíamos solo cuando nos acordábamos, teje su telaraña. Al desprenderse el vítreo y desinflarse la bolsita que lo contenía la colágena hace racimos, como uvas, y al concentrarse la sombra que reflejan en la retina es más grande, como una telaraña, que se ve en fondos claros, y puede llegar a ser tan grande que se vea casi en todo momento.

5. Los juguetones fantasmas o velos
La bolsita del vítreo desprendido, como el papel albanene, flota dentro del ojo, como si fuera un velo de novia, y al estar flotando en líquido parece una cortina que se ondula arriba, abajo, y a los lados, como un espíritu chocarrero. Los pacientes afectados por estas entidades pueden desesperarse porque les impiden ver con tranquilidad sus dispositivos móviles o trabajar cómodamente en su computadora.

¿Qué hacemos ante esta terrorífica invasión? En 99% por ciento de los casos percibimos estos fenómenos del más allá solo cuando nos acordamos, o cuando nos levantamos en la mañana, o vemos la luz del día. No representan ningún problema a menos que de un momento a otro veas muchas arañas o telarañas, o se acompañen de relámpagos o destellos infernales en el interior de los ojos (como un flash que viene de la profundidad del ojo). Eso es un síntoma que la retina puede estar sufriendo un agujero o un desprendimento, que sí es un problema mayor. Si eso pasa acude de inmediato con un oftalmólogo que examine tu fondo de ojo. Si tus telarañas, velos y fantasmas son ocasionales, no te asustes, ignóralos, y cuando descubran que no les temes más, simplemente, desaparecerán en la obscuridad de la noche.

¡Nos vemos la próxima semana!

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