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Más allá del quinto partido

Los países que logran cambiar su chip crean la diferencia. Y México tiene todo para lograrlo.

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México es un lugar que le ha dado un espacio a mi familia y que recibe a todos con los brazos abiertos, con amabilidad y alegría, como hacemos los mexicanos, por eso estoy muy agradecido con mi país.

En realidad nuestro país tiene muchas virtudes, una de ellas es su gente, la contrariedad está en nuestra idiosincrasia. Los americanos, por ejemplo, además de saberse ciudadanos de un territorio de primer mundo, se enaltecen ellos mismos, se saben de lo que son capaces y lo transmiten al resto del mundo, creando un sentido aspiracional para muchos habitantes de otros países, como el nuestro.

Varias personas hemos aprendido a crecer con ese sentimiento de sumisión ante lo que ha logrado nuestro país vecino, sin embargo, llega un momento en el que te cuestionas el por qué.

Personalmente, tuve oportunidad de viajar a Boston para estudiar y trabajar, y ahí fue cuando senté las bases de esta ideología de vida, que hoy busco transmitir: “Más allá del quinto partido.”

Estando allá sucedieron dos cosas que me hicieron reflexionar sobre las oportunidades que estamos perdiendo como país y como ciudadanos. Estudié con americanos, japoneses, indios y africanos, y la verdad es que yo mismo me sorprendí cuando me di cuenta que estábamos al mismo nivel competitivo, incluso fui formándome como líder, no fue fácil, pero fui un paso a la vez, hasta que me gané su confianza a través de mi trabajo. Al mismo tiempo también trabajaba en México, en un estudio acerca de cómo impactaba la inversión en tecnología en la competitividad de un país; en concreto investigaba sobre cuánto se invertía en tecnología contra otras variables que mide el Foro Económico Mundial. Ahí me di cuenta de que la innovación y la tecnología eran variables que numéricamente están relacionadas con la competitividad de un país y con la calidad de vida de su población.

Después, decido involucrarme en una investigación donde hacíamos una comparación de China y México como centros de producción para Estados Unidos, la potencia más grande del mundo, donde me pude dar cuenta que el problema no estaba en los sueldos, sino en la falta de productividad.

A raíz de los estudios en los que colaboré es que me encuentro más comprometido con mi país, con México, pues tenemos una gran área de oportunidad teniendo todas las capacidades y recursos para destacar.

Cuando nos comparamos con otros países como Japón, Islandia, Finlandia o Israel, hay una diferencia muy importante. En México somos un país fructífero, tenemos una tierra fértil, de cierta manera eso hace las cosas fáciles, pero “mar calmado no hace buenos marineros”, hay otras culturas que se han tenido que esforzar más por las condiciones del lugar donde viven, generándoles una consciencia de “que sí pueden”, porque las condiciones los han llevado a hacerlo y lograrlo, entonces es cuando toman consciencia de que si lo lograron una vez lo pueden hacer cuando sea.

Un reto es lo que necesitamos, cuando te propones algo y lo crees, lo puedes lograr, hablando como individuos y como nación.

Si queremos ir “Más allá del 5to partido” debemos tomar retos, generarnos una crisis individual, que nos impulse a buscar y esforzarnos más, eso es lo que hacen en otros países que se han sabido desarrollar en ámbitos que naturalmente no se darían, ya sea por sus condiciones naturales o territoriales. Los países que logran cambiar su chip crean la diferencia. Asimismo, si su territorio cuenta con los recursos y además tiene la consciencia por buscar más, veo una ecuación ganadora, como en el caso de Canadá, que tiene los recursos pero además tiene la cultura.

México es un mesa servida para todos, a nivel empresarial tiene mucha oportunidad en diferentes industrias, partiendo de que el mercado interno es muy grande y diverso, tiene recursos naturales, zonas turísticas, arqueológicas, historia, la conexión con dos océanos; todos los elementos que hacen una fórmula perfecta para tener una empresa productiva.

Las oportunidades son vastas, pero insisto, debemos creérnosla como mexicanos. Dejar de ser quienes vemos cómo otros triunfan y comenzar a ser los protagonistas de esos triunfos, porque lo merecemos y hemos trabajado para ello.

Creo que lo que necesitamos es cambiar nuestra cultura en todos los segmentos y áreas del país. Y para cambiar algo, debemos de comenzar haciéndolo nosotros mismos. Podemos comenzar con lo siguiente:

1. Concientizarnos sobre nuestro impacto en otros. La forma en la que influyen nuestras acciones en las personas a nuestro alrededor, familia, amigos, trabajo etc.

2. Ser ejemplo de otros. Identificar en un área de tu vida en la que puedas cambiar, y ser inspiración para el resto.

Y hay muchos aspectos que puedes cambiar y ser ejemplo:

  • En el trabajo
  • En la parte cívica
  • Las acciones con tu familia
  • Tus hábitos con tu cuerpo, etc. Lo importante es comenzar a cambiar
  • Cambiar un hábito a la vez

Desde el punto de vista de líder considero que aquella persona que tiene posibilidad de hacer algo, tiene la responsabilidad de hacerlo por el impacto que tendrá en los demás. Si tenemos la posibilidad de llegar al octavo partido y solo llegamos al cuarto, entonces estamos limitándonos y limitando el impacto en los demás.

Si piensas en chiquito, te la crees ¡y logras!, te das cuenta de tu potencial e irás por una segunda, volviéndose un circulo virtuoso.

Compartamos con los niños la consciencia de triunfador, y como líderes, absorbamos con nuestros equipos una mente ganadora, tengamos un efecto multiplicador.

¡Para lograrlo primero debemos creerlo!

#MásAllaDel5toPartido

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