Lo estúpidamente interesante de los secretos de cama

Si sus camas hablaran ¿Qué sórdidas e inefables indiscreciones le chismearían a la humanidad? Hasta se les enchina el cuero nada más de pensarlo ¿verdad?

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Y es que con eso de que luego, luego se asocia cama con sexo, pues hasta sudores fríos le entran a uno con la pura idea de que nuestros catres ventilen con lujo de detalle todas las maromas y zarandeadas que nos aventamos sobre ellos. Pero despreocúpense, no va por ahí la cosa. En esta ocasión solamente descifraremos algunos de los secretos ocultos en sus camas, no de nosotros.

Secreto número 1: Los infieles duermen del lado derecho de la cama. Pues sí, como lo leen. Según una encuesta que realizó el portal de ligue extramarital, Ashley Madison a más de 76 mil personas de 27 países, se descubrió que el 56% de las infieles y el 54% de los infieles eligen (por razones indeterminadas), ese lado de la cama para dormir. Nada más les encargo que no le vayan a armar un desmadre a sus parejas solo porque casualmente duermen del lado derecho del lecho, sólo manténganse muy atentos ¿ok?

Secreto número 2: Después de cinco años de vivir en pareja, la cama es el peor lugar para tener sexo. De acuerdo con diversos sexólogos y terapeutas de pareja, más o menos después del quinto año de matrimonio o de vivir emparejados, la cama deja de ser ese volcán de lujuria y fluidos corporales para irse convirtiendo poco a poco en un sitio de descanso y apapacho. De hecho, una investigación de la Universidad de Rochester, en Estados Unidos, descubrió que el 67% de las parejas que tienen sexo lejos de la cama se excitan con mayor facilidad. Por eso es recomendable echarse sus brincos, en la azotea, sobre la lavadora, en la cocina (“namás” les encargo que no sobre la estufa, no se me vayan a calentar de más), parados y asomándose por la ventana, en las escaleras, la regadera, en el coche estacionado en el patio ¡las opciones son infinitas! El caso es no limitar la pasión solo a la cama, porque si no, al rato se van a cachar echando pata sólo para cumplir. De mí se acuerdan.

Secreto número 3: Adictos a la cama. A esta adicción se le conoce como clinomanía la padecen las personas a las que les cuesta muchísimo trabajo salir de sus camas. Bueno, hay gente que hasta asegura que les duele el cuerpo cuando no están encobijados y prefieren seguir acostados valiéndoles tres hectáreas de cinta de aislar sus responsabilidades laborales o de estudio. Eso sí, la forma de distinguir una persona con clinomanía y a un simple huevón, es que las personas con este padecimiento presentan trastornos de depresión, fatiga crónica y problemas de ansiedad; mientras que los huevones después de las 11 de la mañana se curan y se conectan a Netflix hasta que se les licuan las neuronas o les arden las nachas por estar sentadotes, lo que suceda primero.

Secreto número 4: las personas que nunca tienden la cama son más inteligentes. O al menos esa fue la conclusión a la que llegó un grupo de estudiantes de la Universidad de Salamanca luego de aplicar en un test psicotécnico a través de internet a 59 mil personas, las cuales respondieron varias preguntas de agilidad mental, memoria visual, lenguaje, personalidad y hábitos rutinarios. Y curiosamente resultó que las personas más inteligentes y con una mente cuasi privilegiada son las que sólo hacen la cama una o máximo dos veces por semana. Voy a dejar de tender la cama por un mes y luego les digo si es cierto o no.

Secreto número 5: Tender la cama es malo para la salud. En la Universidad de Kingston, se aventaron un estudio que gustoso le enviaré a mi mamá, el cual asegura que tender la cama al levantarnos es antihigiénico y nocivo para la salud, ya que en nuestras camas habitan un promedio de 1.5 millones de ácaros que sobreviven gracias a la humedad de nuestra sudoración nocturna. Pero al dejarla sin tender durante todo el día se puede eliminar la humedad de las sábanas y del colchón para que los ácaros se deshidraten y finalmente mueran.

Pero eso sí, les puedo garantizar que, si sus camas hablaran les dirían que, si nunca las han cubierto con un cobertor con estampado de tigre, entonces les hace falta barrio.

Termina su columna y saca a su esposo de la cama para llevárselo a la azotea.

 

 

 

 

 

 

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Conductor de radio y televisión experto en temas de diversidad sexual. También es un aficionado de encontrarle el lado estúpidamente interesante a la vida.

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