Lo estúpidamente interesante de las nalgas

Estas son las razones por las que amamos las nalgas de hombres y mujeres.

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Sí damitas, sí caballeros. Se llaman nalgas. No pompis, no pompas, no sentaderas, no nachas, no tepalcuanas. Nalgas del latín “natis”. Así que no se escandalicen con esta palabra porque sería tan absurdo como ofenderse al escuchar cuádriceps, femorales o abductores ¿OK?

Eso sí, que quede claro que glúteos y nalgas no son lo mismo, los primeros son los músculos formados por el trío de los siempre pícaros y querendones glúteo mayor, medio y menor; mientras que las nalgas son el conjunto de los músculos antes mencionados y en los que va incluido determinado (y en algunos casos indeterminado), depósito de grasa.

Y ya que estamos en eso de la especificación de conceptos, a la rayita que separa a las nalgas se le llama hendidura intergluteal ¡No me digan que no es un dato que necesitaban!

Las nalgas cumplen con funciones muy específicas e importantes (y no, sacarse selfies en el baño parando la nacha no es una de ellas), nos permiten extender y rotar las piernas, elevan y sostienen la pelvis; de hecho, según los especialistas, las nalgas empezaron a desarrollarse junto con el cerebro en la raza humana, desde que empezamos a caminar erguidos y a correr para sobrevivir.

Entonces, si las nalgas nos ayudan a correr, supongo que Jennifer López y Kim Kardashian son las mujeres más veloces del planeta ¿No? Bueno, mejor les dejo este video para que vean cómo funcionan (Las pompas, no JLo y la Kardashian ¡DEVERAS CON USTEDES!)


En algo en lo que coinciden tanto hombres como mujeres es en lo eróticas y prohibidas que pueden resultarles unas firmes, redonditas y voluptuosas nachas. Según una investigación realizada por la Universidad de Bilkent en Turquía, se determinó que los hombres se ven atraídos por las espaldas que están curveadas a 45° de las nalgas y no precisamente al trasero, ya que en el pasado las mujeres que tenían la espalda curveada soportaban mejor los embarazos haciéndolas más atractivas para la reproducción. Lo malo es que el fregado estudio no dice por qué a los gays nos gustan tanto las tepalcuanas de otros hombres si nuestras intenciones no son reproductivas.

El turno de las féminas. Un estudio canadiense confirmó que las mujeres se sienten atraídas por las nalgas de los hombres porque las relacionan directamente con el coito. Instintivamente ellas perciben a un hombre con buen trasero como un macho sexualmente activo y con gran potencial de ser padre. Además, el 78% de las mujeres que participaron en esta investigación aseguraron sentirse más excitadas cuando hay una buena nalga “de donde agarrarse” ¡Quién las viera!

Por cierto, pigofilia es cuando solo se logra excitación sexual viendo o tocando las nalgas de alguien más. Y suena lógico, porque creo que prenderse toqueteándose las propias serías muy extraño. O bueno, cada quien.

Y por si ocupan, les comento que el próximo 15 de febrero se celebra el día Internacional de la Apreciación del Trasero. Ya ustedes sabrán cómo festejar.

Pero bueno, volviendo con los estudios, hay uno hecho por científicos de la Universidad de Oxford, en el que se llegó a la conclusión de que las mujeres con pompas grandes y generosas son más inteligentes que las de nacha escasa y humilde, ya que los ácidos grasos Omega 3 que se acumulan en las nalgas favorecen el desarrollo y buen funcionamiento del cerebro ¿Será?

Ahora que si lo que ustedes quieren es tener unas Titanonalgas, pues mejor consúltenlo con @KeiYoshiki, él les puede dar harto consejo fitness de cómo conseguir unas nachas dignas de un buen twerking.

Termina su columna y “no te metas con mi cucu”

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