Comer sí ayuda a crecer más
Te decimos el ejercicio para saber cuántos centímetros de tu altura se los debes a la buena o mala alimentación que has tenido en tu vida.
¿Qué determina la altura de alguien? Como en casi todos los rasgos humanos, esta característica depende por un lado de la genética, pero también del ambiente, en particular de lo que comiste cuando estabas en crecimiento.
Encontrar hasta qué punto la información genética dicta cómo somos, y qué tanto es cosa del ambiente, no es tarea fácil. Cuando se analiza el ADN no hay nada que diga “este cachito de información genética hará que crezcas 10 centímetros”. Para aproximarnos a esta respuesta, lo que se hace son estudios poblacionales donde se compara qué tanta variación existe entre personas que comparten ADN.
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Por ejemplo, se analizan pares de hermanos gemelos. Los gemelos son básicamente clones uno de otro: tienen exactamente el mismo ADN. Así que cualquier variación que haya entre ellos probablemente se debe a cuestiones que no son genéticas. Con los debidos ajustes, estos análisis pueden hacerse también utilizando hermanos no gemelos, padres e hijos, o incluso personas no familiares de alguna región en particular. Los estudios que se han hecho así indican que la variación en la altura está determinada de un 60 a un 80% por la genética.
Pero el asunto no es tan simple ni acaba ahí. Las familias no comparten ni heredan exclusivamente el ADN. Viven en ambientes similares, tienen gustos y hábitos parecidos, así que aunque existan métodos para tener en cuenta esto, es difícil esperar que se pueda analizar la variación genética dejando todo esto de lado. Existen otro tipo de análisis que aprovechan que hoy en día se pueden hacer millones de correlaciones con muchísima mayor información que antes.
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Analizando la información de todo el genoma de miles de personas, y haciendo correlaciones con sus alturas, se llegó a la conclusión de que del 60 al 70% de la variación en la altura de una población depende de factores genéticos, donde están involucradas cientos de miles de variantes del ADN. Eso quiere decir que del 30 al 40% de las diferencias que vemos en las alturas de la gente son debidas a factores ambientales. Se cree que, sobre todo, la alimentación durante los años de crecimiento es lo principal, donde la proteína, el calcio, y las vitaminas A y D juegan un papel particularmente importante.
Así que de lo que mides, ya sabes cuánto más o menos puedes achacarle a aquello que te heredaron tus padres vía el ADN, y cuánto al crecilac que comiste (o no) de chico.
Es importante recalcar que estos porcentajes explican la variación de altura en una población, no la altura en sí de alguien. Es decir, no se deben interpretar como que, si mides 170cm, el 60% de eso es por factores genéticos. Más bien quiere decir que tu diferencia de altura respecto a la de la población de la que eres se debe a esos factores. A muuuuy grosso modo, para saber cuánta responsabilidad tuvo tu alimentación, podrías hacer el siguiente ejercicio:
1. Encontrar el promedio de altura de la población a la que perteneces. Esto será un difícil pues por ejemplo en México, solo tenemos la altura promedio del país, y sabemos que entre diferentes poblaciones mexicanas hay muchísima variación. El promedio para hombres es de 169cm y para mujeres 158cm.
2. Calcula la diferencia de tu altura con el promedio. Por ejemplo, si eres mujer y mides 170cm (o sea, mi caso), réstale a eso el promedio de mujeres: 170-158 = 13cm.
3. De acuerdo a la ley del ni muy muy ni tan tan, supongamos que el 35% (entre el 30 y el 40%) de esa diferencia se debe a factores ambientales. Entonces, en nuestro ejemplo, el 35% de 13cm son 4.55cm. Esos cuatro centímetros y medio es lo que podemos decir que se debe a lo bien que me alimentó mi mamá de niña, mientras que los otros 8.45cm que tengo extras del promedio nacional se deben a cuestiones genéticas.
Este cálculo con mucha probabilidad está sesgado, pues mi familia es del norte del país, donde seguramente el promedio de altura es mayor. Esto en los cálculos haría que los centímetros que debo a la alimentación sean menos, pero a falta de otros datos, es un ejercicio ilustrador del poder de la comida.
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