El paraiso de flojera panda

El paraíso de flojera panda

Los pandas son torpes, lentos, y motivo de burla… ¿O de envidia?

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Los videos de pandas casi superan a los de gatitos en ternura. Vemos a estos animales pachones, con manchas que parecen ojos grandes y tiernos, moviéndose torpemente: juegan entre ellos y se caen; juegan solos y se caen; juegan con humanos y se caen. Pareciera que su anatomía está hecha para rodar y que por más que intenten, así como tú en lunes para ir a la chamba, no pueden dejar de ser flojos. La diferencia es que los pandas tienen un muy buen pretexto para su naturaleza perezosa. 

Evolutivamente los pandas son carnívoros. Sin embargo, su dieta consiste casi exclusivamente de bambú. Mucho bambú. Debido a que su sistema digestivo no está adaptado a una dieta herbívora, estos animales pueden comer hasta 18 kilos diarios de bambú. Necesitan esa cantidad porque no puede digerir bien las plantas y asimilar todos sus nutrientes. A pesar de esa cantidad de materia vegetal que se comen, siguen sin obtener suficiente energía como para ser más activos.

La cantidad de energía que usan diario es menos de la mitad de la que usa un humano del mismo peso.Es tan poquita la energía que usa un panda, que un humano en reposo todo el día estaría utilizando la misma energía que el panda más activo en la naturaleza. Esto ha llevado a que evolucionen diferentes estrategias para hacer de sus vidas un paraíso de la flojera.

En primer lugar, varios de los órganos que utilizan grandes cantidades de energía se han reducido de tamaño, como el cerebro, los riñones y el hígado. Tienen también mutaciones en genes que regulan a dos hormonas de la tiroides. Esto hace que se produzcan niveles de hormonas más bajos que los de un oso negro al hibernar, reduciendo considerablemente su metabolismo.

Finalmente, los pandas también han modificado su comportamiento. Se mueven muy muy poco, y cuando lo hacen es casi siempre para comer bambú que está cerca de ellos. Al ver videos de pandasnos burlamos de sus lentos movimientos, pero ¿quién tiene que levantarse temprano, tomar el metro, correr de la fotocopiadora al escritorio y buscar dónde comer rico en kilómetros a la redonda, para terminar cansado viendo la tele? Los pandas, no. 

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Doctora en ecología evolutiva y divulgadora de la ciencia, le gusta explicar el lado científico de la vida.

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